Intolerancia al gluten no celíaca: qué es, cuáles son los síntomas


Publicado el viernes 23 de febrero de 2018 a las 21:25 por Equipo de Redacción



Aprende a identificar los síntomas de la intolerancia al gluten y conoce las principales características de esta afección. Hay muchas personas que, a pesar de no padecer celiaquía, sufren cuando consumen algún producto con gluten. Se trata de un cuadro clínico similar a la celiaquía, pero con algunas diferencias. Los especialistas lo llaman intolerancia al …

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Aprende a identificar los síntomas de la intolerancia al gluten y conoce las principales características de esta afección.

Hay muchas personas que, a pesar de no padecer celiaquía, sufren cuando consumen algún producto con gluten. Se trata de un cuadro clínico similar a la celiaquía, pero con algunas diferencias. Los especialistas lo llaman intolerancia al gluten no celíaca y se manifiesta con algunos síntomas intestinales y extraintestinales.

Esta afección se diagnostica luego de una serie de análisis que permiten descartar que no se trate de celiaquía.

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Al igual que la celiaquía, se realizan investigaciones para saber las causas de este malestar. Hasta el momento no se sabe si es el gluten o alguna otra sustancia que se encuentra en el trigo lo que provoca las reacciones que sufren estas personas.

Intolerancia al gluten no celíaca

Qué es

Durante los últimos años se ha comenzado a hablar de sensibilidad al gluten no celíaca. Se trata de una patología que sufren las personas a quienes, luego de los análisis correspondientes, se les descartó que padezcan alergia al trigo o celiaquía.

Es importante señalar que, a pesar de que se habla de intolerancia al gluten, actualmente no se sabe a ciencia cierta qué es lo que provoca estas reacciones.

Diversas investigaciones apuntan a determinar si es este componente del trigo, los hidratos de carbono u otras proteínas los causantes de la sintomatología.

Síntomas

Pero ¿Cuáles son los síntomas? ¿Son similares a los de la celiaquía? Desde el punto de vista clínico, los intolerantes al gluten presentan síntomas gastrointestinales que van desde diarrea, dolor o hinchazón abdominal. Presentan además algunos síntomas extraintestinales como dolores musculares o articulares, cansancio, dificultad para concentrarse, dolores de cabeza, entre otros.

Algunos especialistas señalan que esta afección también se manifiesta con síntomas como trastorno abdominal similar al síndrome de intestino irritable a dolor de cabeza leve, hormigueo en las extremidades, dolor muscular, fatiga, dolor articular y hasta depresión.

Diagnóstico

Las personas que sufran los síntomas indicados anteriormente deberán realizarse los análisis para determinar el origen de sus malestares.

Se trata de un cuadro relativamente “nuevo”. Se habla de intolerancia al gluten desde mediados de la década del ochenta. Por este motivo, todavía existen dudas acerca de su diagnóstico y tratamiento.

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Los especialistas aún no poseen biomarcadores validados para realizar el diagnóstico de la sensibilidad al gluten no celíaca. Por este motivo, hay poca información epidemiológica al respecto. A pesar de los avances, el protocolo diagnóstico sigue siendo engorroso.

Más allá de estas limitaciones, en la actualidad el diagnóstico de intolerancia al gluten no celíaca se confirma tras descartar la alergia al trigo y la enfermedad celíaca.

Se realizan pruebas en las que se solicita al paciente realizar la dieta sin gluten y se observa su evolución. Al eliminar el gluten de la dieta, los síntomas de estos pacientes mejoran en pocas semanas. Sin embargo, vuelven a aparecer al exponerse de nuevo al gluten. Sucede una recaída del paciente, por lo que se determina que el tratamiento consista en seguir una dieta sin gluten estricta de por vida.

Diferencias con afecciones similares

Existen tres afecciones o enfermedades relacionadas con el consumo de gluten: la sensibilidad al gluten no celíaca, la alergia al trigo y la enfermedad celíaca.

Las tres tienen una sintomatología parecida, ya que se manifiestan con síntomas intestinales y extraintestinales muy similares. Esto puede llevar a que se las confunda. Sin embargo, hay diferencias marcadas entre estas afecciones.

En cuanto al lapso de tiempo entre la exposición al gluten y los tiempos de reacción y aparición de síntomas, en la celiaquía se producen entre semanas y años. En la intolerancia al gluten se da entre horas y días después de la exposición, mientras que en la alergia al trigo la reacción es casi inmediata (entre horas a no más de dos días).

La enfermedad celíaca es una enfermedad autoinmune causada por el consumo de gluten. La alergia al trigo es una reacción a los componentes del trigo mediada. En cuanto a la intolerancia al gluten no celíaca, a pesar de que las personas que consumen gluten manifiestan síntomas parecidos a los de pacientes con celiaquía, en general el cuadro clínico es mucho menos grave. En los intolerantes al gluten no se observan autoainticuerpos ni anticuerpos antitransglutaminasa tisular o comorbilidades autoinmunes. Los intolerantes al gluten tampoco presentan alteraciones histológicas de la mucosa del intestino delgado.

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Tratamiento

En todos los casos anteriormente mencionados, el único tratamiento consiste en seguir una dieta sin gluten. Para conocer más sobre la dieta sin gluten, sigue este enlace.

Sin embargo, en este aspecto también hay diferencias. Las personas con celiaquía deben seguir una dieta estricta de por vida. Esto significa que, salvo indicación de un especialista, los celíacos no deben consumir gluten por el resto de sus vidas. Ni siquiera pueden consumir alimentos que contengan trazas de gluten. Y deben evitar consumir alimentos expuestos a contaminación cruzada.

En el caso de las personas con alergia al trigo, más allá de la administración de algún medicamento como la cortisona, también se prescribe la dieta sin gluten. Sin embargo, la situación acá es diferente al caso de las personas con celiaquía. Para quienes tienen alergia al trigo basta con evitar de forma temporal los alimentos que contienen este cereal.

Con respecto a los intolerantes al gluten, cada caso deberá ser analizado el especialista. Generalmente, se dice que la alimentación sin gluten no es definitiva, como en el caso de la celiaquía. La dieta puede limitarse temporalmente, aunque los plazos de tiempo no deben ser inferiores a uno o dos años. El suministro de gluten en los intolerantes deberá evaluarse de forma individual. Se debrá tener en cuenta el umbral de tolerancia de cada paciente.

Consideraciones finales

¿Es importante diferenciar estas tres afecciones relacionadas con el trigo? Sí, es fundamental conocer cuáles son las diferencias. No hacerlo puede exponer a los pacientes a peligros potenciales. Por ejemplo, mientras que un intolerante o alérgico manifiestan síntomas ante el consumo de gluten, no verán dañado su organismo. En cambio, una persona con celiaquía que consuma una mínima cantidad de gluten quizá no manifieste síntomas. Sin embargo, desencadenará una reacción autoinmune que dañará su organismo.

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